Lo que necesitas saber sobre los diuréticos
Cuando tu cuerpo retiene líquido por alguna razón o si tienes presión arterial elevada, es posible que el médico te recete diuréticos. En este artículo presentamos información básica sobre los diuréticos: cómo funcionan, para qué se utilizan, qué clases de diuréticos existen, cuáles son los efectos secundarios que pueden tener, entre otros datos importantes.
¿Qué son los diuréticos y para qué sirven?
Los diuréticos son medicamentos que actúan sobre el riñón, estimulando la eliminación de sodio a través de la orina. Cuando se elimina más sodio también se excretan más líquidos en forma de orina, lo cual disminuye la cantidad de líquidos en la sangre y ayuda a reducir la presión arterial.
¿Quién debe utilizar diuréticos?
Los diuréticos se utilizan principalmente en el tratamiento de la presión arterial alta. Algunas veces un solo comprimido de medicamento diurético puede contener más de un tipo de diurético o un diurético combinado otro tipo de fármacos para el tratamiento de la hipertensión arterial.
El médico también puede recetar diuréticos a los pacientes que padecen insuficiencia cardíaca, enfermedades hepáticas, ciertas afecciones renales o edema (retención de líquido).
Tipos de diuréticos
Existen diferentes tipos de medicamentos diuréticos, que actúan sobre distintas partes de la nefrona (unidad funcional de los riñones).
Diuréticos tiazídicos
Los diuréticos tiazídicos actúan sobre ciertos receptores ubicados en el sector inicial del túbulo contorneado distal de la nefrona. Allí impiden la reabsorción de sal (sodio y cloro), favoreciendo su eliminación a través de la orina.
El primer medicamento de este tipo fue la clorotiazida, la cual fue aprobada en los años 50. En la mayoría de los países los diuréticos tiazídicos son los medicamentos para la presión arterial alta más económicos disponibles. Actualmente existen muchos otros diuréticos tiazídicos o tipo tiazida, entre ellos:
- Clortalidona
- Hidroclorotiazida
- Indapamida
- Metolazona
Diuréticos ahorradores de potasio
Los diuréticos ahorradores de potasio inhiben la absorción de sodio y también de potasio en el último sector del túbulo contorneado distal y en el tubo colector de la nefrona. Al reabsorber potasio, este tipo de diurético no tiene el efecto de pérdida de potasio que tienen los diuréticos tiazídicos.
Los ahorradores de potasio generalmente se utilizan en combinación con otros tipos de diuréticos (por ejemplo, diuréticos de asa) para el tratamiento de la hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca congestiva.
Algunos ejemplos de fármacos diuréticos ahorradores de potasio son los siguientes:
- Amilorida
- Eplerenona
- Espironolactona
- Triamtereno
Diuréticos de asa
Los diuréticos de asa actúan sobre un sector de la nefrona llamada Asa de Henle. Allí reducen la reabsorción de sal (sodio y cloro) e indirectamente, también reducen la reabsorción de magnesio y calcio, aumentando de esta manera la excreción de líquidos en la orina y disminuyendo el volumen sanguíneo.
Además este tipo de diuréticos producen vasodilatación, lo cual también ayuda a disminuir la presión arterial.
Los diuréticos de asa se utilizan para el tratamiento de la hipertensión arterial y el edema causado por insuficiencia cardíaca congestiva o insuficiencia renal. Algunos de los fármacos más conocidos en esta categoría son los siguientes:
- Bumetanida
- Ácido etacrínico
- Furosemida
- Torsemida
¿Qué pasa si me tomo un diurético?
Como mencionamos anteriormente, los diuréticos aumentan la excreción de sodio y de líquidos a través del riñón, por lo tanto, si tomas un diurético tu organismo aumentará la micción (orinarás más) y de esta forma eliminarás el exceso de líquidos en tu cuerpo. Algunos diuréticos también aumentan la excreción de potasio, excepto en el caso de los diuréticos ahorradores de potasio.
Es importante destacar que las píldoras diuréticas sólo deben ser utilizadas bajo prescripción médica.
Si tomas un diurético sin una indicación médica, esto podría tener consecuencias negativas para tu salud, ya que podrías deshidratarte por la pérdida de líquido o tener problemas cardíacos por el aumento o descenso del nivel de potasio en sangre.
¿Cómo debo tomar diuréticos (instrucciones de uso)?
Es muy importante tomar la dosis de diurético indicada por el médico, siguiendo exactamente las instrucciones de uso brindadas por el doctor.
La dosis que debes tomar puede variar dependiendo de qué tipo de medicamento diurético estás tomando y cuál es la respuesta de tu organismo al tratamiento, entre otros factores.
La furosemida por ejemplo se suele tomar una o dos veces al día, con una dosis total diaria de 20 mg o 40 mg, mientras que para la hidroclorotiazida se suele comenzar con una dosis de 12,5 o 25 mg por día, la cual puede aumentar hasta 50 mg por día si es necesario.
Interacción con alimentos y medicamentos
Antes de tomar un diurético, es importante informar al médico sobre todos los otros medicamentos que tomas habitualmente, debido a que muchos fármacos pueden tener interacciones medicamentosas con los diuréticos.
En especial, no olvides decirle al médico si tomas otros medicamentos para la presión arterial alta, antidepresivos, medicamentos para el corazón (digitálicos), litio o ciclosporina.
Además, si estás tomando diuréticos para disminuir la presión arterial o por otras razones, es probable que el médico te indique una dieta baja en sodio. En este caso, no debes agregar sal a tus comidas y debes evitar alimentos ricos en sodio, como por ejemplo salsas listas para consumir, alimentos ultraprocesados y carnes secas o ahumadas (como jamón serrano o longaniza), entre otros.
En caso de que estés tomando un diurético que también favorece la pérdida de potasio, es posible que el médico recomiende el consumo de una mayor cantidad de alimentos ricos en este mineral, como plátanos, pasas, ciruelas o jugo de naranja.
Efectos secundarios de los diuréticos
Como ya dijimos, los diuréticos ayudan a eliminar agua y sodio y por esta razón pueden aumentar el riesgo de padecer deshidratación o desequilibrios electrolíticos (cambios en las concentraciones de sodio y /o potasio en sangre).
Algunos de los efectos secundarios más comunes de esta clase de medicamentos son los siguientes:
- Mareos
- Dolor de cabeza
- Calambres musculares
- Gota (acumulación de ácido úrico en las articulaciones)
- Visión borrosa
- Diarrea
- Estreñimiento
Si presentas uno o más de estos síntomas, consulta al médico.
Precauciones importantes a tener en cuenta
El tratamiento con diuréticos como furosemida o clorotiazida puede hacer que la piel sea más sensible a la luz solar. Por esta razón es importante evitar la exposición prolongada o innecesaria al sol. Si debes exponerte, protege tu piel y tus ojos con ropa, gafas y pantalla solar.
Los diuréticos pueden causar aturdimiento, mareo y desmayos, especialmente si te levantas muy rápido cuando estás acostado. Es más probable que esto suceda al comienzo del tratamiento. Para evitar este efecto, levántate de la cama despacio, apoya los pies en el suelo durante un par de minutos antes de ponerte de pie. El consumo de alcohol puede aumentar la intensidad de estos efectos secundarios.
¿Quién no debe utilizar diuréticos?
Los pacientes con insuficiencia renal severa o anuria (micción muy reducida), insuficiencia hepática, depleción electrolítica (bajo volumen de sangre debido a la pérdida de sodio), diabetes descompensada o enfermedad de Addison, no deben utilizar diuréticos.
Si tienes alguna duda sobre las indicaciones o contraindicaciones de un medicamento diurético, consulta al médico.
Embarazo y lactancia
Generalmente no se recomienda el uso de diuréticos como furosemida o hidroclorotiazida durante el embarazo, debido a que se sabe que este tipo de medicamentos atraviesan la placenta y por su mecanismo de acción podrían tener un efecto negativo sobre el desarrollo fetal.
Los diuréticos no deben ser utilizados para el tratamiento del edema durante el embarazo, la hipertensión gestacional o la preeclampsia.
Se recomienda cesar la lactancia en caso de que la paciente necesite un tratamiento diurético, debido a que es posible que los mismos causen efectos adversos en el lactante.
Diuréticos naturales
Algunas personas pueden retener una mayor cantidad de líquido en el organismo debido a una dieta alta en sodio, consumo de alimentos ultraprocesados u otras razones. Esta acumulación de líquidos, combinada con una insuficiencia del retorno venoso puede causar edema (hinchazón), especialmente en los pies, los tobillos o las pantorrillas.
Existen alimentos que son diuréticos naturales y que podrían ayudar a aliviar estos síntomas cuando la afección es leve. También existen suplementos alimenticios que combinan varios de estos alimentos en una única pastilla, para favorecer una mayor eliminación de agua a través de los riñones.
Un buen ejemplo de ello es Diuren, un complemento en forma de píldoras que contiene cafeína, extracto de cola de caballo y uva ursi. Es un producto de venta libre, por lo tanto se puede adquirir sin prescripción médica.
Este suplemento en combinación con una alimentación baja en sodio podría estimular la eliminación de líquido y mejorar el edema en los pies y los tobillos que aparece especialmente en aquellas personas que pasan mucho tiempo de pie o sentados. Diuren se puede conseguir fácilmente a través de internet y debido a que sus ingredientes son de origen natural, prácticamente no tiene efectos secundarios adversos.
Nota: este artículo presenta información básica sobre los diuréticos, pero no sustituye a la consulta médica. Si tienes presión arterial alta, insuficiencia hepática, insuficiencia cardíaca u otras enfermedades crónicas, debes consultar al médico antes de tomar cualquier clase de medicamento o suplemento alimenticio.
Fuentes:
https://medlineplus.gov/spanish/druginfo/meds/a682858-es.html
https://medlineplus.gov/spanish/druginfo/meds/a682341-es.html
https://medlineplus.gov/spanish/druginfo/meds/a682571-es.html
https://cima.aemps.es/cima/pdfs/es/ft/71602/71602_ft.pdf
https://cima.aemps.es/cima/pdfs/es/ft/72237/72237_ft.pdf
https://medlineplus.gov/spanish/caffeine.html